En la mayoría de las instituciones públicas del mundo el foco nunca está centrado en cómo la organización se comunica o vincula con la ciudadanía. Problemas de recursos y personal, generalmente, están a la orden del día, no obstante, se hacen esfuerzos y uno de ellos, en el caso de nuestra Corporación, es la Academia Parlamentaria…

Tras más de 20 años su director, Gonzalo Vicente, se acogió a retiro. Qué mejor oportunidad para revisar cómo surgió la Academia y lo que ha sido la labor de la persona que comandó su destino por años. “Para mi estar en la Cámara ha significado todo… es fundamental en mi vida profesional como personal, porque me desarrollé completamente aquí. Para mí fue una meta porque cuando se dijo que el Congreso funcionaría en Valparaíso me dije “debo trabajar ahí”, comenta Gonzalo.

Y así fue. Porque sin querer queriendo la oportunidad llegó. “Estaba revisando el diario cuando vi el aviso de un concurso para la Cámara, específicamente para la Oficina de Informaciones. No dudé y postulé aunque no pedían un abogado, solo un profesional. Así ingresé al servicio en 1994”.

Fueron años hermosos para Gonzalo… “Crecí, aprendí y me desarrollé en un ambiente laboral muy bueno, con grandes personas y amigos. Además, bien remunerado, imposible no ser un agradecido”.

ACADEMIA PARLAMENTARIA

La historia de la Academia Parlamentaria nació casi a la par con el reinicio del funcionamiento de nuestro Congreso Nacional. Su historia partió el 92, pero todo quedó como una idea. Luego al finalizar la década del 90 y en el marco de un proceso de modernización, nuevamente, reflotó la idea. La Cámara ordenó un estudio a una consultora que determinó que nuestra Corporación debía vincularse más con la ciudadanía.

La actual senadora y exdiputada Adriana Muñoz se preocupó de ese desarrollo. Ella presentó una iniciativa para modificar el reglamento y dar vida a un organismo como la Academia Parlamentaria, pero tampoco se concretó… Fue el 2008 cuando se conformó una comisión encargada de elaborar un reglamento y otras necesidades. El 29 de diciembre de ese año se emitió la resolución respectiva.

El Secretario General de ese entonces Carlos Loyola designó a Gonzalo Vicente como el encargado de este proyecto. “Era un desafío importante y lo tomé. Empezamos a trabajar en un diagnóstico de necesidades de capacitaciones con Mario Canavés, pero también vincularnos con la sociedad, principalmente, las universidades; centros de estudio y otros parlamentos”.

A juicio de Gonzalo esos objetivos se cumplieron y por ello existe satisfacción. Sin embargo, hay sueños y quizás otras personas en el futuro los cumplan. “Siempre pensé en un Centro de Estudios Parlamentarios. Revisamos lo que había hecho otros congresos. En otros países hay símiles de la Academia y en México existe un centro propiamente tal con infraestructura y docentes. Claro es impracticable aquí por un tema físico y de recursos, pero es un sueño”.

En la Academia Parlamentaria se ha hecho mucho y con poco. El organismo ni siquiera es parte oficial de la estructura de la Cámara. “Cuando nació no se asignó personal. Ahora, estaba yo, una secretaria, Carolina; la encargada de capacitaciones, Natalia y en su momento Mario Canavés, todos a medio tiempo en una primera instancia. Juan Veglia nos colabora desde Santiago. Es poca gente, no obstante, nos hemos valido de lo que tiene la Cámara para difundir las actividades… ustedes mismos en Comunicaciones, Protocolo, Diseño, Informática… tanta gente que nos ha ayudado y a quienes agradezco”.

UN NUEVO CONTEXTO

En cuanto al contexto social que vive Chile, Gonzalo Vicente dijo que la Cámara juega un rol fundamental y por ende la Academia. “La visión que tiene la gente de la Cámara es distorsionada y te lo digo, aunque seas periodista…” sonríe. Es que muchos de tus colegas se enfocan en lo negativo. Ahora, eso no quiere decir que no hemos dado motivos… y es cierto que más lo hacen los parlamentarios, no obstante, todos somos parte de la Cámara y por eso el tema es sensible”.

Según indicó Gonzalo “para los organismos que se vinculan con la sociedad, como la Academia, el tema es más difícil aún… sin embargo, es indispensable potenciar el rol de la vinculación con la ciudadanía”

Es que, para Gonzalo, sin duda, ese es el camino. Claro, una ruta que desde la Academia ya no comandará, aunque si dejó una vía de acción. “Me voy satisfecho con lo que hicimos con los pocos medios. Yo de aquí me llevo lo mejor… lindos recuerdos; grandes amigos y en lo personal una satisfacción y un enorme agradecimiento a nuestra Cámara… fue todo para mí”.